Este periodo resulta de gran importancia para las familias y el colegio, ya que somos los responsables de que la adaptación de nuestros niños se haga de forma segura y fluida. Por lo que conocer lo que están viviendo nuestros niños es una tarea fundamental.
Los niños pequeños funcionan bajo rutinas estables y predecibles, por lo que este periodo implicará el formar una nueva rutina, cambio ante el cual éstos pueden presentar resistencia, que los niños más grandes verbalizan con frases como: no quiero ir al colegio, no me gusta; y los más pequeños lo pueden manifestar con ansiedad que los lleva al llanto. Todo ello no significa que realmente no quieran ir al colegio, más bien que se están adaptando a los cambios, con la buena noticia es que este periodo de adaptación es transitorio. Es decir, en algún momento tu hijo logrará hacer frente a la rutina sin quejas o rechazo, si es que lo hubiera en principio.
Dicho ello, es importante saber que este proceso es individual, por lo que cada niño lo vive diferente, incluso teniendo las mismas rutinas y entorno familiar o escolar. Así, una vez adaptados los niños manifestarán su gusto y el disfrute que implica venir a Big Kids, jugar, compartir con sus compañeros y maestras. Ahora surge la pregunta, como familia ¿cómo podemos apoyar a nuestros hijos durante este proceso?
Debemos comenzar por aliviar sus miedos, sin importar la edad, dedica tiempo a hablar con tu hijo acerca del preescolar antes de que comience y durante los primeros días, conoce su salón y su maestra, demuéstrale que confías en ella, muéstrale gradualmente a tu hijo las actividades que suelen hacerse en un salón de clase, conoce las actividades de rutina durante las horas de cole, dedícate a escucharlo y responder sus preguntas sobre ello; pudiéndose incluso presentarle algunas de estas rutinas y actividades en el hogar para que puedan resultar familiares.
Asimismo, reconoce la importancia del paso que su hijo está por dar y ofrécele apoyo. Desarrollar las capacidades de adaptación a distintos entornos es una habilidad fundamental para el resto de la vida y tiene sus bases en estos primeros espacios, los cuales son oportunidades que les damos a los más pequeños para practicarla. Para ello, podemos utilizar frases que le den a los niños información y seguridad: mamá y papá te quieren mucho, no nos vamos a ir, estamos aquí para ti, qué necesitas en este momento, vas a jugar con tu maestra y tus amigos y luego yo voy a venir a buscarte, me puedes contar lo que hiciste en el salón. Hacerlo independientemente de que el niño responda o no, simplemente escuchando a sus padres en calma y ofreciendo apoyo será una fuente de seguridad importante.
Aunado a esta última idea, cuanto más seguros están los padres con la elección de que su hijo comience el preescolar, más confiado estará él. Es decir, requerimos que su actitud al dejarlo sea de calma y confianza, despidanse siempre de forma afectuosa con su hijo y váyanse rápidamente, las despedidas prolongadas, por el contrario, sólo reforzarían en el niño la sensación de inseguridad al quedarse. Las rutinas de despedida predecibles y sistemáticas pueden hacer que les resulte más fácil quedarse. Los preescolares suelen responder positivamente a este tipo de rutina y seguirla los ayudará a facilitar la transición del hogar a la escuela.
Es fundamental mantenerse atento y disponible a sus requerimientos de afecto y atención, evitando invalidar lo que siente su hijo con frases como: no llores, no pasa nada. La verdad es que para los pequeños sí pasa, están en un lugar nuevo con personas poco conocidas, donde no están sus cuidadores principales y no saben cuándo se reunirán con ellos de nuevo, por lo que nuestra respuesta como padres y maestros al llanto siempre debe ser validar su experiencia y aliviar sus inseguridades, utilizando frases como: entiendo que tengas miedo de quedarte en el colegio, estoy segura de que tu maestra te va a recibir con cariño y en un rato vendré a buscarte. De esta forma, sintiéndose comprendido y validado emocionalmente, vamos sentando las bases de su seguridad personal.
Por último, en Big Kids estamos dispuestos a acompañar a tu hijo en su proceso, respetando sus tiempos, intereses y capacidades, cuidado su seguridad emocional y trabajando para desarrollar vínculos de confianza y afecto entre el niño y su entorno. Asimismo, la comunicación directa y atención personalizada que brindamos de manera diaria, permite responder a sus dudas, temores y expectativas como familia. A su vez, fortalecemos la confianza en el trabajo conjunto que se está realizando entre el colegio y la familia, favoreciendo el ambiente ideal para que nuestros Big Kids se adapten, aprendan y desarrollen al máximo sus competencias.
“La familia es nuestra primera escuela para el aprendizaje emocional. “
Daniel Goleman